Gori Bravo
12 h ·
Ayer fui al supermercado con la prudencia de la nueva normalidad. Mascarilla, gel y distancia de seguridad.
Hice mi compra que era pequeña, y cuando estaba en la fila para pagar, entre buscar el dinero y guardar el móvil se me cayó mi billete de 20 €que tenía para pagar, y el señor que estaba al frente mío terminando de pagar sus compras en la caja, lentamente se agachó y agarró mi billete.
“Cuánta gentileza en tiempos de pandemia" pensé. Le extendí mi mano esperando que me lo diera, tratando de estar lejos para que se sintiera seguro mientras le agradecía el gesto. Hasta que el señor me dice lo siguiente:
"¡Lo que se encuentra en el suelo es de quien lo encuentra!".
De repente, él se fue... naturalmente, como si nada malo hubiera pasado.
Miré a la persona que estaba detrás de mí y a las que estaban al lado y ellas me respondían con una mirada atónita e incrédula, susurrando cosas entre sí
Me dio una rabia casi incontrolable!
No me hubiera costado nada darle los 20€ si me los hubiera pedido, pero que me tome por idiota...me puede, quería hacer justicia por cuenta propia...¡Me entró el mal genio que habita en mí!
Ni siquiera pensé en la pandemia!.
Dejé mis compras porque no había forma de pagarlas(había dejado mi tarjeta en casa), y me fuí tras él hasta el parking para que me devolviera mi billete.
Cuando me di cuenta, las personas que estaban más cercanas en la cola vinieron tras de mi, curiosos por saber qué pasaría...
Y medio se armó el alboroto, la gente comenzó a juntarse. El viejo me miró con desprecio y actuó como si fuera invisible.
Cuando el llegó a su coche, colocó lentamente sus dos bolsas en el suelo para buscar la llave y abrir el maletero
Pensé: “Es ahora o nunca!"...
Le agarré las bolsas de compras y le dije sus mismas palabras: "Lo que se encuentra en el suelo es de quien lo encuentra!" y salí corriendo por el parking hacia la salida entre el susto y la risa, orgulloso de la revancha!.
Los mirones comenzaron a aplaudir; medio vi que el hombre se encabronó y salió del parking tumbando los conos por su camino.
Sentí ese pico de adrenalina, susto y nerviosismo, pero después casi me ahogo de la risa (de esas nerviosas), y me fui...
Cuando llegué a la casa, abrí las bolsas y encontré:
-3 kg de lomo
-1 kg de salmón
-Aceitunas verdes y negras
-Jamón, queso y yogures de dos sabores, sin lactosa
-1 pan integral
-1 frasco de aceite de oliva
-2 botellas de vino blanco y tinto
-2 frascos de nutella
-2 bolsas de salchichas
-12 panecillos de perros calientes
-1 frasco de mayonesa
-1 frasco de mostaza
-200 g. de queso
-200 g. de jamón
Nunca en la historia de mis compras fueron tan bien aplicados y rentables 20€ como los que me robó el viejo loco.
Y ahora aquí estoy... tomándome un vinito, comiendo y pensando mientras escribo: ¿soy un justiciero o una persona vengativa?
¿Lo leíste hasta aquí?
Obviamente esto no es real. ¡Es en una campaña de animación a la lectura!
La lectura estimula nuestra mente e imaginación, nos hace viajar a otros lugares y ayuda en la comunicación.
Sí, yo también he picado. Copia, pega y roba una sonrisa 😀 de personas amigas . O por lo menos que lean un poco.
Eliminamos las astillas, los arañazos de los baños en Kazan