25/07/2006 18:20:23
Fernando
JUEGOS DE NIÑOS
Otro recuerdo de mi niñez, son los juegos a que dedicábamos nuestro tiempo libre. Eran muchos y todos participativos. Prácticamente se desconocía el fútbol y el tenis, aunque se practicaban algunos que se asemejaban algo, cuando hicieron su aparición los primeros aparatos de radio, con la llegada de la luz eléctrica que se producía en la antigua fábrica de harinas, aunque el suministro era muy recortado de horario: Se encendía al obscurecer y se cortaba a media noche, pero aquello empezó a llenar nuestra memoria con los nombres de Bustos, Ipiña, Huete, Zarra, Gainza..... aunque nuestra idea de la práctica de tal deporte, en sí, era muy relativa al no poder verla como ocurre ahora.
Pero lo más llamativo de los juegos de aquella época eran los útiles o juguetes que se utilizaban: Todos eran caseros o de fabricación propia.
Empezaré por el de LOS SANTOS que se jugaba con las cartulinas de las cajas de cerillas . Había dos clases: los santos: corrientes que eran de las cajas de cerillas de treinta fósforos y las “madrastras” (que valían cinco “santos”) que procedían de las cajas de cincuenta. Se jugaba entre dos, tres o cuatro participantes y el juego consistía en dejar caer el cartoncillo desde una determinada altura marcada en la pared hasta que llegaba al suelo. Si el segundo jugador tenía la suerte de que su cartoncillo o “santo” tapara parte del que ya yacía en el suelo, ganaba y se quedaba con los dos, pero solía ocurrir que se acumularan varias de las estampitas sin rozarse y aquello contribuía a darle más emoción al tirador siguiente que, a lo mejor, conseguía que su santo tocara tres o más de los que estaban en el suelo y la ganancia era mayor al recuperar varios de un solo golpe. En este último caso, cuando la ganancia estaba casi asegurada, era el momento de utilizar la “madrasta” que al tener más superficie, tenía mas probabilidades de tapar más de los que estaban en el suelo.
Había otro juego, no muy higiénico por cierto, que se llamaba “el moge”(con ache aspirada) que consistía en poner un determinado número de “santos” con el dibujo hacia el suelo y, siguiendo turno, intentar ponerlos boca arriba tocándolos con el dedo pulgar mojado con saliba. Algunos hacían trampa mojando el dedo en los mocos que eran más adhesivos.......
Como aún no me habia marchado,os envío un nuevo relato que espero continuar a mi regreso, con la descripción de "A la una de la mula", El tirable, los juegos del peón, los zancos y otros que iré recordando.
Saludos